164 muertos y más de 5.000 detenidos en Kazajistán.
En Kazajistán, las protestas no se detienen y se propagan a lo largo y ancho del extenso país. Kazajistán es el noveno país con el territorio más grande del mundo y tiene una población relativamente pequeña de 18,8 millones de habitantes. Las condiciones geográficas de Kazajistán lo han convertido en un país de gran importancia económica para la región. Allí, se explotan recursos naturales como el petróleo, el gas natural, metales y minerales codiciados por la industria tecnológica.
Sin embargo, debido a la pandemia, la inflación afectó a Kazajistán de una manera nunca antes vista. Los precios del gas natural subieron y esto llevó a que las personas salieran a protestar. A pesar de que el presidente kazajo destituyó a todo su gabinete y prometió estabilizar el precio del gas natural líquido, la gente continúa en las calles.
El motivo por el cual la gente protesta es el sentimiento generalizado de injusticia. Mientras Kazajistán ha crecido económicamente durante los últimos 30 años, gracias a la explotación de recursos, el pueblo se siente excluido de los beneficios. Por ende, la gente sigue protestando y busca ser escuchada por el gobierno.
No obstante, el apoyo militar de Rusia para contener y acabar con las protestas ha sido determinante. Evidentemente, el país gobernado por Putin tiene grandes intereses económicos en Kazajistán. Por lo tanto, ha enviado tropas a su territorio con el fin de reprimir a los manifestantes.
El presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáev, contando con el apoyo militar de Rusia, emitió la orden de disparar en contra de los rebeldes de ser necesario. Como resultado, actualmente, se acumulan al menos 164 muertos y más de 5.000 detenidos.
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