Máxima alarma en Filipinas por el volcán Taal, del cual partió la corriente de lava, después de que el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología advirtiera del riesgo de “una inminente y peligrosa erupción” acompañada de la posibilidad de “un tsunami volcánico”. Las autoridades emitieron entonces una orden de “evacuación total” que afectó a casi medio millón de personas, exactamente 450.000, que viven en la zona de 
mayor riesgo, es decir, en un radio de 14 kilómetros alrededor del volcán, que está a sólo 66 kilómetros de Manila. La capital está en alerta desde ayer, desde que el volcán comenzó a emitir cenizas y vapor. La ceniza, de hecho, está llegando a la capital donde las máscaras que los residentes son invitados a usar están empezando a escasear en las tiendas, según la BBC. El aeropuerto de Manila ha interrumpido todos los vuelos debido a la proximidad del volcán en erupción. Situado en el centro de un lago en la isla de Luzón, Taal es el segundo volcán más activo del país y uno de los más pequeños del mundo. Ha registrado 34 erupciones en los últimos 450 años.
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El Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología ha elevado la alerta al cuarto grado, indicando que “una erupción explosiva” podría ocurrir en las próximas horas o días. El grado máximo, el quinto, se activa cuando la erupción está en curso. Aunque no es muy grande, el volcán está considerado como uno de los más peligrosos del mundo, dado el alto número de personas que viven en los alrededores. Hay 10 pueblos y aldeas 
en el área que rodea al volcán, y si consideramos un área más grande que la orden de evacuación, se estima que hay alrededor de 760 mil personas. Los expertos creen que uno de los principales peligros son las cenizas, que “pueden viajar hasta cientos de kilómetros por hora”, como dijo Joseph Michalski, director del Departamento de Ciencias Terrestres y Planetarias de la Universidad de Hong Kong. “Es la ceniza la que mata, no la lava”, dijo el experto de la CNN.
Las autoridades federales están organizando las operaciones de evacuación, con la participación de hombres y medios de las fuerzas armadas, según la Secretaría de Defensa, que ha obligado a los residentes a abandonar las zonas de riesgo. Organizaciones internacionales como la Cruz Roja también están prestando asistencia.
