“Un cáncer vicioso”, así ha calificado el líder supremo norcoreano, Kim Jong-un, al género de pop surcoreano, mejor conocido como K-Pop. El dictador de Corea del Norte también afirmó que quien sea atrapado escuchando dicho género musical sería enviado 15 años a un campo de trabajo forzado.
El K-Pop es un género musical que se ha popularizado en todo el mundo. BTS, una de las bandas más conocidas del género, también es una de las agrupaciones más poderosas de la industria musical. Sus canciones baten récords mundiales y las fortunas que acumulan son de las mismas dimensiones que su éxito.
El K-Pop y el K-Drama (que se refiere a las telenovelas producidas en Corea del Sur) al parecer también son productos que se consumen en Corea del Norte. No obstante, dichos productos no llegan de manera legal al país. Corea del Norte tiene una economía socialista centralizada. Por lo tanto, el gobierno tiene control sobre todo lo que ingresa y sale del país.
Aún así, es sabido por los medios internacionales que el control gubernamental no alcanza a evitar que ciertas piezas de contrabando ingresen al país de Kim Jong-un. Desde China, la música de K-Pop y las novelas de K-Drama son contrabandeadas hacia Corea del Norte.
El consumo de la música K-Pop ha preocupado a Kim Jong-un. El dictador ve estas mercancías culturales como una amenaza para su régimen. Quizás, en la medida que su gente conozca los beneficios del capitalismo, vivirá en mayor descontento con su régimen.
Por eso, el líder supremo de la nación de Corea del Norte no ha dudado en calificar como un cáncer a este tipo de música. Más aún, considera que es un delito que se debe castigar con 15 años de trabajo forzoso. Así es como se castigan, en Corea del Norte, los delitos en contra del régimen. Aunque las ofensas más graves, por supuesto, tienen pena de muerte.
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