La mayoría de la prensa ha definido las últimas elecciones en Chile como una disputa entre la extrema izquierda y la extrema derecha. Sin embargo, el panorama social de Chile es demasiado complejo como para reducirlo a dichas palabras. La crisis social que sufre el país chileno sí confronta a los extremos de derecha e izquierda, pero vale la pena ahondar en la información para evitar profundizar la división del pueblo.
El nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, ha sido definido por la prensa como de extrema izquierda, ¿Pero qué tan acertada es tal definición? Es difícil señalar que Boric vaya a seguir el camino del kirchnerismo o el chavismo. Sin embargo, sus propuestas sí despiertan varias alertas.
Las propuestas de gobierno de Gabriel Boric, de 35 años, se centran en una sociedad más inclusiva y mejores condiciones de salario para los trabajadores. Estas propuestas tienen, al igual que todo, pros y contras. Por una parte, no parecen ser de extrema izquierda, pues no parecen buscar la nacionalización de la producción, lo cual está demostrado que resulta en hambre y dictadura. Pero, por otra parte, lo que preocupa es: ¿Cómo va a cumplir sus propuestas sin llevar el país al fracaso?
¿Cómo pagará mayores salarios si no fomenta el desarrollo de las empresas? ¿Cómo dará salud y educación gratuita? En Argentina, todo este tipo de beneficios se costearon con dinero del Estado, lo cual resultó en una deuda extranjera impagable, crisis e inflación. Lo peor es que, en Argentina, la izquierda corrupta se atornilló al poder en el país y los ciudadanos se han hecho dependientes de políticos deshonestos.
¿Sería ese el nuevo panorama para Chile? Habrá que ver cuán de extrema izquierda resulte la gestión del nuevo presidente. También habrá que ver cómo hará para cumplir sus promesas y que todo esto, ojalá, no hunda la economía del país que solía liderar en términos de desarrollo acá en Latinoamérica.
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