Las autoridades de Venezuela han confirmado el primer caso de Hongo Negro en su país. El paciente es una mujer de 50 años que se encuentra actualmente en una unidad de cuidados intensivos ubicada en la región andina del país. El caso se reportó en el estado de Mérida y las autoridades aseguran que están en búsqueda de si hay más casos activos en la región.
La enfermedad del Hongo Negro, también conocida como mucormicosis, tuvo su brote en la India a causa de la enorme cantidad de casos de COVID-19. La mucormicosis era una enfermedad ya conocida por los médicos, pero solo solía afectar a pacientes con SIDA u otras afecciones al sistema inmune.
No obstante, durante la pandemia, el Hongo Negro ha causado estragos, ya que la infección aprovecha las debilidad de los pacientes para causar daños severos. La tasa de mortalidad se encuentra entre el 50% y el 80%. Adicionalmente, se relaciona principalmente con pacientes que han padecido del COVID-19.
Para prueba de ello, los otros casos que se han reportado en Latinoamérica se han presentado en pacientes recién recuperados del COVID-19. El primer caso fue hallado en Montevideo, Uruguay y, luego, se encontró otro en Brasil. Ambos de estos pacientes habían sido infectados por el coronavirus, antes de contraer la mucormicosis.
Los síntomas del hongo negro consisten de sangrado e inflamación de las mucosas nasales. Asimismo, causa inflamación en los ojos y, en casos severos, la pérdida de los mismos causada por la muerte de los tejidos. Las personas que han contraído COVID-19 y cuentan con un sistema inmunológico débil son las más propensas a verse afectadas por este virus.
Aunque aún los casos en Latinoamérica son pocos, la propagación no deja de preocupar a los sistemas de salud del continente. En la medida que avancen los procesos de vacunación, también se disminuye el riesgo de que la afección llegue a los pacientes.
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