Todos hemos escuchado, en los últimos años, que Argentina sufre de una grave crisis. Sin embargo, es usual no comprender el por qué de su situación económica. Lo cierto es que el país está agobiado por la deuda externa, la inflación y su economía está bastante asfixiada. Sin duda alguna, son las decisiones del gobierno las que han generado esta situación, pero ¿por qué exactamente se originó la crisis?
El aumento del gasto público
El gasto público se refiere al dinero que el gobierno invierte en sus ciudadanos. Por lo general, este dinero proviene de impuestos y regalías que recibe el país. Los impuestos, por supuesto, provienen de los ciudadanos y los aranceles al comercio internacional; las regalías, por su parte, provienen de la explotación de bienes como, por ejemplo, el petróleo.
El incremento del gasto público debería ser una buena noticia para el pueblo. En teoría, significa que se invertirá más dinero en salud, educación, infraestructura y demás bienes y servicios para la población. Es decir que, normalmente, esto debería significar una mejora para la calidad de vida de la gente.
Los aranceles y los impuestos a las grandes empresas
No obstante, para hacer un incremento del gasto público, el dinero debe salir de alguna parte. Si el dinero proviniese de regalías o de un excedente en las utilidades que produce el país, esto sería maravilloso. Sin embargo, en Argentina este dinero se obtuvo elevándole los impuestos a las grandes industrias y empresas del país.
Para la lógica convencional, esto podría tener sentido: que los que ganan más dinero aporten más. Sin embargo, el límite de esta lógica se encuentra en el momento en el que los impuestos desincentivan o asfixian a dichas industrias. El problema con ponerle demasiados impuestos a las empresas que producen mayor riqueza es que se desincentiva su actividad.
Rápidamente, al aplicar estas políticas, la inversión extranjera decidió salir del país. Argentina, debido a los altos impuestos que estableció el gobierno, dejó de ser atractiva para los inversionistas y comenzó a dejar de producir dinero. Entonces, ¿cómo se financiaría el gasto público si ahora las empresas han dejado de producir?
En vez de solucionar su situación tributaria, Argentina optó por asumir una mayor deuda internacional, pero ¿cómo la pagaría si, igualmente, no estaba produciendo dinero? Pues, por esa misma razón, el gobierno argentino no ha podido pagar su deuda externa y dañó por completo su historial crediticio. Conclusión: ya ninguna entidad internacional le prestaría dinero a este país.
En esto consiste, en resumidas cuentas, la compleja crisis que sobrelleva Argentina. Ahora bien, ¿cuál cree usted que pueda ser la solución ante esta problemática? ¿A caso Argentina estaría dispuesta a aliarse con China y con Rusia si estas estuviesen dispuestas a ayudar? ¿Sería esta la consolidación del Foro de Sao Paulo en Argentina? Déjenos su opinión en la sección de comentarios.
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