Fue condenada a la pena máxima por asesinato agravado por el grado de parentesco y daño psicológico infligido a los padres biológicos de Gabriel Cruz, su hijastro. Es la primera vez que una mujer recibe esta sentencia en España.
Ana Julia Quezada, la madrastra que supuso que había matado a su hijastro de ocho años, fue sentenciada a cadena perpetua por asesinato con agravantes sobre la base del parentesco, y la sentencia puede ser revisada después de 25 años. La sentencia fue anunciada este lunes en la Audiencia Provincial de Almería, España.
Además del delito de asesinato, también fue condenada por el daño psicológico infligido a los padres biológicos de Gabriel Cruz, según El País: tres años de prisión para su padre y dos años y nueve meses para su madre. Además del tiempo en prisión, tendrá que pagar 250.000 euros a cada uno de sus padres, más 203.000 euros para cubrir los gastos de búsqueda del niño. Es la primera mujer que recibe esta sentencia en España.
A Ana Julia Quezada también se le ha prohibido vivir en el municipio de Níjar, Almería, donde los padres del niño de ocho años residen durante al menos las próximas tres décadas. Además, no puede acercarse a ellos más de 500 metros.
La sentencia fue leída diez días después de que el jurado, compuesto por nueve ciudadanos, declarara culpable a Ana Julia por unanimidad.
11 días buscando a Afonso
El crimen, que conmocionó a España, ocurrió a finales de febrero del año pasado. El día 12, sin saber su paradero, el cuerpo del niño fue encontrado en el maletero del coche en el que iba la madrastra.
Durante el juicio se comprobó que Ana Julia Quezada dejó a Gabriel Cruz agonizando “entre 45 y 90 minutos”, después de haberle dado los primeros golpes” con un hacha. Después de ese tiempo, la mujer de 45 años, de origen dominicano, asfixió al niño, aseguró Francisco Torres, abogado de la familia, durante la audiencia. Este testimonio fue confirmado por la autopsia del cuerpo de Gabriel.
Según el abogado de la familia, la mujer tenía dos razones para cometer el delito. “La primera, económica: la propiedad[donde el niño murió y fue enterrado] vale unos 500.000 euros“, dijo Torres. La segunda razón estaba relacionada con el hecho de que pensaba que Gabriel era un obstáculo “porque su padre pasaba mucho tiempo con él”. A pesar de ello, Ana Julia siempre afirmó que mató a su hijastro en defensa propia.
La madrastra fue finalmente arrestada después de ir a la granja de Rodalquilar, en Almería, en el sur de España, donde estaba construyendo una casa con su compañero. La policía la vio desenterrando algo en la propiedad que puso en el maletero de su coche.
Los agentes interceptaron el vehículo donde ella estaba, participó en la búsqueda y concedió entrevistas sobre la desaparición- y encontraron el cuerpo de Gabriel en el maletero.