El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, escogió las palabras “armagedón nuclear”, para referirse al posible desarrollo de la guerra en Ucrania. Según la narrativa oficial del gobierno de la Casa Blanca y sus afines, la guerra fue “sin provocar”. ¿Pero no tiene responsabilidad el líder de la primera potencia mundial sobre lo que sucede en el panorama internacional?
“Armagedón nuclear”: las palabras desesperanzadoras de Joe Biden
Nadie puede justificar la invasión, liderada por Vladimir Putin, de las fuerzas militares rusas en Ucrania. La cantidad de muertes y destrucción de infraestructura histórica y civil constituyen varios crímenes de guerra y de lesa humanidad. Sin embargo, no sería injusto decir que también hubo una enorme falta de diplomacia por parte de la administración de Joe Biden.
Los dos requisitos de Rusia, para no invadir el territorio de Ucrania, fueron que esta no se uniese a la OTAN, ni a la Unión Europea. En otras palabras, que Ucrania continuase siendo un país neutral entre el territorio de Rusia y Occidente. Sin embargo, Estados Unidos presionó para que Ucrania se alejase cada vez más de Rusia y se acercase más hacia la OTAN y la UE.
Aunque cada país tiene derecho de dictar sus propias políticas económicas y militares, Vladimir Putin lo comparó con instalar bases militares rusas en México. De acuerdo con su narrativa, su país optó sin alternativas por la defensa de su territorio y soberanía.
Ahora, la guerra en Ucrania se ha convertido en la principal pesadilla del Kremlin, ya que la resistencia de los ciudadanos ha sido casi impenetrable. Gracias a la ayuda de Occidente, Ucrania se ha mantenido de pie contra la tecnología rusa, que se ha mostrado altamente ineficiente.
Debido a la posición del Kremlin, se ha elevado también el riesgo de uso de armas nucleares. Ante el peligro de que esto suceda, Joe Biden habló sobre un posible “Armagedón nuclear”. Ahora, el presidente podría pasar a la historia por producir la mayor sensación de inestabilidad durante los años más recientes. Todo esto, claro está, a costa de la vida de millones de personas que han muerto en el conflicto y han quedado en riesgo de hambruna.
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