La masacre de los redactores de Charlie Hebdo ocurrió en 2015. Sin embargo, aún hay secuelas del acontecimiento. En ese entonces, un grupo de extremistas islámicos cometió una gran masacre. Ahora, en Francia, un joven de 18 años decapitó a su maestro de historia por la misma razón.
Las caricaturas de Charlie Hebdo que desataron el caos
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La primera masacre de 2015 se debió a la publicación de ciertas caricaturas. En ellas, los redactores del periódico satírico se burlaron el profeta Mahoma. Esto ofendió tanto a los fundamentalistas del Islam, que organizaron una matanza. Así pues, ingresaron armados a las instalaciones del periódico y asesinaron a los periodistas que habían allí.
Desde ese momento y por ese entonces, las ciudades europeas prestaron enorme atención al riesgo de posibles ataques. El terrorismo ganó mucha atención y se convirtió en una prioridad para muchos países. Por eso, las organizaciones terroristas han hecho una invitación a los fanáticos a que actúen por su cuenta. Esto se llama la estrategia de los “lobos solitarios”.
La estrategia de los “lobos solitarios”
Los lobos solitarios son aquellos miembros del Islam que actúan por cuenta propia. Los ataques “sin líder” se han convertido en una de las principales armas del terrorismo. Las organizaciones llaman la atención de los servicios de inteligencia. Los individuos, en cambio, pueden obrar sorpresivamente por su cuenta.
La iniciativa terrorista ha sido impulsada por el nuevo líder de AlQaeda, Aymán az Zawahirí. Este hombre egipcio, que ha sido el reemplazo de Osama bin Laden, promueve los ataques por parte de “lobos solitarios”. Es altamente probable que el chico de 18 años, que decapitó a su profesor, haya actuado por iniciativa propia gracias a invitaciones como esta.
Es probable, de hecho, que el chico haya recibido cierto adoctrinamiento a través de las redes sociales o alguna organización yihadista. En todo caso, estos actos de fanatismo presentan un serio problema de Seguridad Nacional para cualquier país. Los ataques independientes o “sin líder” son difíciles de rastrear y, por ende, no son fáciles de prevenir.
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