De nuevo hay fraude en Venezuela…
Más de 50 países no reconocen al régimen de Nicolás Maduro como gobierno legítimo de su país. Adicionalmente, son 16 los países de la OEA (Organización de Estados Americanos) que se unieron para rechazar las últimas elecciones parlamentarias de Venezuela.
El fraude electoral cometido en Venezuela durante las últimas elecciones parlamentarias es difícil de negar. El régimen chavista ganó el 100% de las sillas en el parlamento. De este modo, Nicolás Maduro tiene el poder absoluto a nivel legislativo y judicial de su país. No obstante, los países vecinos de Venezuela no guardaron silencio ante el fraude. Bueno, al menos la mayoría.
Argentina se abstuvo de votar
México y Bolivia votaron en contra del rechazo a los resultados de las elecciones parlamentarias en Venezuela. Argentina, por su parte, se abstuvo de votar. Esto, probablemente, deja ver la influencia del Foro de Sao Paulo en dichos países. Otros miembros del foro, como Nicaragua, ni siquiera asistieron a la reunión en son de protesta.
Venezuela es un país apoyado por la economía china, la cual busca expandirse y hacerle frente a su competencia norteamericana. Asimismo, hay partidos políticos y gobiernos en América Latina que también se han aliado económicamente con dicho país. Así pues, es evidente que algunos gobiernos apoyan al régimen de Maduro, debido a la influencia que tienen China y Rusia en dicho país.
Además, el Foro de Sao Paulo continúa siendo financiado por los dineros del narcotráfico facilitado por el gobierno de Maduro, en alianza con guerrillas de izquierda colombianas y los carteles mexicanos. Por lo tanto, se trata de un bloque político-económico muy fuerte, cuya ideología ha logrado conquistar a muchos adeptos alrededor del mundo.
Maduro sigue sin ser reconocido
La mayoría de países de la comunidad internacional considera a Nicolás Maduro un dictador y Estados Unidos tiene pruebas de que su régimen es un narco-gobierno. Bajo la narrativa del chavismo, Maduro intenta convencer al pueblo de que su revolución es un movimiento de independencia que le hace frente al imperialismo norteamericano. Sin embargo, ya pocos los que le creen, pues la realidad ha demostrado el fracaso de su modelo.
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