Desde el comienzo de la cuarentena (o incluso antes) los grandes laboratorios vienen compitiendo por el desarrollo de una vacuna para el coronavirus. En este momento, lo más probable es que ya haya una vacuna efectiva y que los laboratorios estén preparándose para un proceso de producción y distribución masivo.
Ahora bien, existen varios desarrolladores de la vacuna. Se dice que la vacuna que se lanzó en Rusia es la misma de Oxford y que fue obtenida por medio de espionaje. No obstante, podría asumirse que habrá más de un productor y distribuidor para esta medicina.
Por ejemplo, ya se sabe que la vacuna que será fabricada en Francia costará menos de 10 euros para el público. Sin embargo, las preguntas ahora residen en cómo se distribuirá la medicina a los diferentes países que la necesitan. Existen personas que no tienen la capacidad adquisitiva y que deberán verse cubiertas por sus gobiernos.
¿Cuánto costarán y cuánto se demorarán estos procesos logísticos? ¿Cómo afecta esto los planes para la economía? A pesar de que estamos bastante cerca de recibir la vacunación, todavía falta definir esos aspectos.
La carrera por la vacuna ha sido comparada por los expertos con la carrera espacial de la Guerra Fría. Las naciones se pusieron a prueba con el desarrollo de la cura para este virus. Los tiempos de desarrollo han superado todos los récords y la ambición de los países ha demostrado lo que son capaces de llegar a hacer.
En el bloque económico Chino-Ruso, no es nuevo el espionaje corporativo. Al contrario, se trata de una práctica característica (sobre todo en China). Estos países no tienen escrúpulos para competir contra la economía estadounidense. En eso se centra la guerra económica que ha liderado Donald Trump en contra del gigante asiático.
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