El amor en los tiempos del coronavirus.
Durante esta época, las relaciones amorosas se han visto afectadas. Por supuesto, ya que la cuarentena significa el no contacto con otros seres humanos, además de los que tenemos en la casa.
En las fases iniciales del virus, los establecimientos más libertinos comenzaron a disponer de geles antibacteriales y recursos por el estilo (como tapabocas) para reducir el riesgo de contagio. Empero, ya no es ni siquiera posible visitar estos lugares o encontrarse con un match de Tinder.
La plataforma de citas ciegas por excelencia comenzó a poner advertencias sobre el contagio desde hace algún tiempo. Tal vez no se imaginaban que llegáramos a este punto de confinamiento, donde casi nadie en el mundo está saliendo de su casa.
El amor en los tiempos del coronavirus se relaciona, al igual que el trabajo y el entretenimiento, con lo virtual. Bueno… al menos para aquellos muchos que no contaron con la suerte de quedar confinados con sus parejas.
Para aquellos suertudos que sí quedaron encuarentenados con la persona que aman, se pronostica un posible incremento en la tasa de natalidad. Es probable, incluso, que esto tenga una repercusión demográfica por la cantidad de bebés que podrían estar naciendo en 9 meses.
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No es una repercusión mala, sobra decir. Pues lo que está pasando con el virus, sin quererlo, es un rejuvenecimiento de la población mundial, ya que los más afectados son los más ancianos y la gente joven ahora tiene tiempo de sobra para hacer bebés (los más suertudos, insisto).
Efectos colaterales inesperados es lo que han traído estos tiempos de coronavirus. Muchos sectores se han visto afectados; algunos, pocos, favorecidos. El sector del amor, sencillamente, ha cambiado. Para algunos no es tan malo; otros están lejos de esa persona que aman.
Otros no tienen la posibilidad de salir a conocer nuevas personas como podían hacerlo antes; y, en todos los casos, las herramientas virtuales se han convertido el mayor de los aliados.
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