Este sábado, la Junta Militar de Birmania cobró la vida de alrededor de 100 personas por la vía de las armas. Los militares, que se tomaron el poder del país por la fuerza el 1ro de febrero de 2021, responden a las protestas del pueblo con violencia.
El pueblo de Myanmar, también conocido como Birmania, históricamente siempre ha sido sumiso frente a sus militares. Sin embargo, esta vez, bajo la influencia de otras protestas civiles, como la de Tailandia y Hong Kong, las personas se han levantado en contra de la Junta Militar.
Mientras tanto, los militares que dirigen actualmente el país, han asegurado que consideran las protestas civiles como actos terroristas. Además, aseguran que pronto facilitarán elecciones libres para el pueblo, aunque aún no haya una fecha exacta.
Myanmar, durante la década de los 80, ya había estado bajo la dictadura del ejército. En los 90, bajo el liderazgo de la Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, Birmania logró una transición hacia la democracia. No obstante, los militares quedaron ocupando, por ley, el 25% del parlamento, por lo cual siempre han sido indispensables para aprobar cualquier medida del país.
Sin embargo, el control parcial no fue suficiente para las fuerzas armadas de Myanmar. Por lo tanto, el 1ro de febrero pusieron bajo arresto domiciliario a la líder Aun San Suu Kyi, por, supuestamente, haber hecho fraude en las elecciones. Queda claro, además, que los militares no han presentado pruebas concretas para demostrar dicho fraude.
Anteriormente, el pueblo birmano no ofrecía resistencia ante la dirigencia militar. Sin embargo, los jóvenes de ahora, gracias a las redes sociales, conocen otras realidades y están dispuestos a luchar por la democracia de su país. Asimismo, la represión por parte del gobierno se ha acentuado. El pasado sábado 27 de marzo, el registro de muertes civiles causadas por el gobierno llegó a ser de aproximadamente 100 personas en un solo día.
“El día de la vergüenza”
Los expertos catalogan el 27 de marzo como un día vergonzoso para las fuerzas armadas de Birmania. Ese día, la Junta Militar decidió hacer un desfile en la capital, para enseñar su poderoso armamento. Al mismo tiempo, las armas del estado estaban siendo empleadas, bajo órdenes de la Junta, para dispararle a la gente.
Los medios locales advirtieron a los manifestantes sobre el riesgo de recibir disparos a la cabeza o a la espalda. Lo que no se explicó fue que el gobierno había dado la orden de abrir fuego contra las personas. Estas, por supuesto, hicieron caso omiso a la amenaza.
La resistencia de los manifestantes continuó en los días posteriores a la matanza. La gente siguió saliendo a las calles, a pesar del miedo y el riesgo de perder su vida protestando. ¿Acaso logrará la gente sacar a la Junta Militar del poder? ¿Podrá la comunidad internacional intervenir de algún modo en esta toma del poder?
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