Cifras alarmantes en Singapur, donde la pena de muerte es obligatoria y las ejecuciones han aumentado en comparación con años anteriores.
Según una declaración de la delegación de la Unión Europea en Singapur, el número de casos ha aumentado de 8 (2017) a 13 (2018). En 2016 se registraron cuatro casos.
La UE, según la declaración, se opone al uso de la pena de muerte en todas las circunstancias y pide a Singapur que restablezca la moratoria sobre las ejecuciones.
Hasta la fecha, más de dos tercios de los países del mundo, 106 en particular, han abolido la pena de muerte. La advertencia se produce tras la decisión de ahorcar el 22 de marzo al malayo Michael Anak Garing, de 28 años, acusado de asesinato durante un robo en 2010. Esta sería la primera ejecución en 2019.
“Estamos profundamente alarmados y preocupados por el elevado número de ejecuciones, lo consideramos un castigo inhumano”
confirman fuentes diplomáticas a los Agi.
La pena de muerte obligatoria se aplica en los casos de asesinato y tráfico de drogas para todas las personas que hayan cumplido los 18 años de edad. En los casos de drogas, la posesión de 15 gramos de heroína, 30 gramos de cocaína, 500 gramos de cannabis o 250 gramos de metanfetamina se castiga con la pena capital.