El presidente boliviano Evo Morales denunció esta noche ante la comunidad internacional y el pueblo boliviano y comento “el plan golpista fascista lleva a cabo actos violentos. Grupos quemaron la casa de los gobernadores de Chuquisaca y Oruro y la de mi hermana en esta última ciudad.

A través de Twitter Morales también ha condenado el ataque “cobarde y salvaje”, “al estilo de las dictaduras militares”, en la radio de la singular confederación sindical de trabajadores campesinos de Bolivia (Csutcb). Morales denunció “la actitud de los antiguos defensores del pueblo” de que “en lugar de proteger los derechos humanos se viola la libertad de expresión y se unen a la trama racista del golpe para juzgar a los medios de comunicación estatales como lo hicieron con las dictaduras militares”. “Quieren silenciar a la prensa para perpetrar el golpe”,hasta quemaron la casa de mi hermana subrayó.

El jefe de Estado también reveló que “grupos organizados” han tomado el control de los medios de comunicación estatales Bolivia Tv (Btv) y Red Patria Nueva (Rpn). “Después de amenazar e intimidar a los periodistas -concluyó- los obligaron a abandonar sus fuentes de trabajo.

Las unidades policiales todavía se unen a las protestas La tensión sigue siendo muy alta en Bolivia, donde el partido gobernante ha pedido a sus partidarios que ocupen las calles de La Paz para defender la controvertida reelección del presidente Evo Morales.

El viernes, la policía de tres ciudades se unió a las protestas antigubernamentales. Morales hizo un llamado al diálogo con los partidos de la oposición en el parlamento, pero excluyó expresamente a los poderosos comités cívicos regionales que se le oponen. El líder de la oposición, el ex presidente Carlos Mesa, rechazó inmediatamente el gesto de Morales. La oferta también fue rechazada por Rubén Costas, el poderoso gobernador del oriental estado de Santa Cruz. La rebelión policial estalló el viernes en la unidad de élite conocida como Utop en la ciudad de Cochabamba.

Luego se extendió a las unidades de Sucre y Santa Cruz, bastión de la oposición. Durante la noche la rebelión llegó a otras ciudades, pero salvó a La Paz, la capital administrativa del país. Pero una señal preocupante para el gobierno de Morales es que los altos funcionarios de La Paz, que durante semanas vigilaron la céntrica Plaza Murillo -donde se encuentra el palacio presidencial- se han retirado a su sede en las últimas horas en clara solidaridad con las protestas. La Organización de los Estados Americanos (OEA) ha hecho saber que no puede verificar los resultados de las elecciones que el 20 de octubre confirmaron a Morales en el poder y, en un informe preliminar sobre la votación, recomendó una nueva elección.

La OEA también argumentó que es “estadísticamente improbable” que Morales hubiera obtenido una ventaja de más del 10% sobre su principal oponente, el centrista Carlos Mesa, un resultado que según la ley electoral lo llevó a victoria en la primera vuelta.