La defensa del ex presidente Lula pide su “liberación inmediata” tras la decisión del STF contra el encarcelamiento tras una condena en segunda instancia.

São Paulo – El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, junto con otras 4.900 personas detenidas por segunda instancia, pueden ser puestas en libertad.

Anoche el Tribunal Supremo decidió, por 6 votos a favor y 5 en contra, que es necesario esperar hasta la última instancia para cumplir la sentencia. Con esto, la defensa del ex presidente, detenido hace 579 días en Curitiba en el caso del triplex de Guarujá, defiende su “liberación inmediata“.

La decisión de la Corte Suprema depende de la división del país entre los defensores y críticos de Lava-Jato y el ex presidente, y baraja el juego político. Según el Consorcio de Abogados de Brasil, “se refuerzan el derecho de defensa y la presunción de inocencia. El senador Major Olímpio (PSLSP), resumiendo los sentimientos de oposición de Lula, dijo que la decisión es un “partido del candidato”.

La salida del ex presidente, así como de los demás presos en segunda instancia, no es automática y depende de procedimientos burocráticos por parte de la jueza a cargo, Carolina Lebbos, después de recibir una demostración de la defensa. El ex ministro José Dirceu se encuentra en la misma situación.

La corte y sobretodo el juez puede incluso decidir mantener la prisión si considera que existe un riesgo de fuga o de peligrosidad, por ejemplo. El ex presidente también es acusado en otros casos, vale la pena recordarlo. Más avanzado de ellos es el de Atibaia, donde ya ha sido condenado en primera instancia a 12 años y 11 meses de prisión; el caso está listo para ser votado en segunda instancia, sin fecha programada.

Lula dijo que planea viajar a Brasil para fortalecer la oposición al gobierno y reorganizar su partido, el PT, con miras a las elecciones municipales de 2020. En teoría, Lula no puede postularse porque ha sido condenado en una segunda instancia, aunque, como el país ya sabe, el análisis se hace para determinar el estatus de candidato después del inicio del período electoral.

Su defensa debe ahora centrarse en el análisis del hábeas corpus en curso en la Corte Suprema, pidiendo que se sospeche del entonces juez Sergio Moro por parcialidad en el juicio. Esto haría que el caso volviera a la fase inicial, con la toma de declaraciones y la reanudación de los lentos procedimientos legales, lo que devolvería los derechos políticos al ex presidente.

La decisión de hábeas corpus ya ha sido pospuesta dos veces y se encuentra en la Segunda Clase de la Corte Suprema, con un empate parcial de dos votos a dos, faltando sólo el voto del Ministro Celso de Mello. Gilmar Mendes y Ricardo Lewandowski votaron a favor de la sospecha del ahora ministro de Justicia, mientras que Edson Fachin y Cármen Lúcia votaron en contra de la solicitud del ex presidente.

La atención se centra ahora, por tanto, en Celso de Mello, decano de la Corte y cuya jubilación está prevista para el próximo año. La expectativa de la defensa de Lula es que el caso sea analizado a finales de este mes.

Para mezclar aún más la discusión, el Congreso podría aprobar una Propuesta de Enmienda a la Constitución que cambie los procedimientos de aplicación de la ley penal. El presidente del Tribunal Supremo, el ministro Dias Toffoli, que dio el voto decisivo en contra de la segunda instancia, subrayó esta posibilidad en una entrevista con periodistas después de la sesión de ayer: “He dejado muy claro en mi voto que el Parlamento puede cambiar esta disposición“, dijo. Hay dos PECs en progreso, uno en la Cámara y otro en el Senado. Pero una aprobación como ésta dependería del respaldo de docenas de parlamentarios involucrados en supuestas conspiraciones de corrupción.