China y Argentina

China es la segunda economía más grande y poderosa, después de la de Estados Unidos. Ambas potencias se han enfrentado en una guerra comercial, lo cual sucedió y fue característico durante el gobierno de Donald Trump.

La guerra comercial entre China y Estados Unidos fue, quizás, uno de los más grandes fracasos de la administración de Trump, que, pese a sus esfuerzos, sucumbió ante el poderío Chino.

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Cristina Kirchner y Xi Jing Ping.

Las políticas expansionistas de China y Estados Unidos los hizo chocar. Principalmente, ambas potencias presentan diferencias, ya que tienen modelos políticos que son un tanto opuestos. En Estados Unidos, prima la democracia y la libertad de los ciudadanos. En China, la economía está centralizada y es controlada por el gobierno. Asimismo, es un solo partido el que gobierna: el Partido Comunista Chino.

La forma en la que el gobierno chino ha restringido las libertades de sus ciudadanos y sus violaciones a los derechos humanos, hacen que Estados Unidos se preocupe por el dominio político-económico de China. Además de ser contendores económicos, son opuestos ideológicos.

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Así se ve el congreso de China, ocupado únicamente por miembros del Partido Comunista Chino.

Los modelos políticos de ambas potencias – al igual que todo – tienen virtudes y defectos. No obstante, el modelo estadounidense, al menos, conserva la democracia y las libertades de sus ciudadanos.

Por eso, a muchos países latinoamericanos, como Colombia, Brasil y Chile, les preocupa la influencia de China en Latinoamérica. La potencia asiática tiene presencia a través de países como Cuba y Venezuela. Sin embargo, bajo el poder de la izquierda, Argentina también se ha convertido en un socio clave para China en Latinoamérica.

Nicolás Maduro, junto a Xi Jinping, durante la ceremonia de bienvenida, en Pekín el pasado septiembre.
Nicolás Maduro, marchando junto a Xi Jing Ping en Pekín.

La relación económica entre China y Argentina se basa en el comercio de bienes. Argentina provee alimentos, como soja, carne de cerdo y otros insumos para China. Esto, por supuesto, le genera ingresos al país latinoamericano. No obstante, este dinero sirve para acentuar los problemas internos del país.

El dinero que ingresa, gracias al comercio entre Argentina y China, sirve para ocultar la deuda externa del país y continuar con el gasto público que caracteriza al kichnerismo. Tal es el resultado de las políticas de izquierda que implementa el actual gobierno y que han llevado al país a la crisis.

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